El cáncer es una enfermedad que se origina por una combinación de distintos factores y no existe dieta que impida su aparición. Sin embargo, la naturaleza ofrece una amplia variedad de alimentos que generan notables beneficios para nuestro organismo y sirven para reducir el riesgo de contraer esta enfermedad. En el siguiente artículo encontrarás frutas, verduras, especias, infusiones y cereales con importantes propiedades anticancerígenas.
Aceite de Oliva
Estudios del Centro de Investigación y Desarrollo del Alimento Funcional español comprobaron que el aceite de oliva reduce la posibilidad de contraer cáncer de mama. Los experimentos in vitro realizados en pacientes con la enfermedad detectaron compuestos polifenólicos que disminuyeron los niveles de oncogenes presentes en el 30% de los afectados. Además, las grasas monoinsaturadas de este alimento sirven para prevenir enfermedades en el colon. Principalmente porque detienen la evolución de mucosas digestivas, mejoran la circulación y flexibilizan las arterias.
Té verde
El té verde funciona como un antioxidante natural gracias a su alto porcentaje de polifenoles. Estas sustancias químicas sirven para proteger al organismo de los radicales libres ocasionados por la contaminación ambiental. Según múltiples estudios ayudan a prevenir cánceres de colon, estómago, hígado, páncreas, pulmón y recto. Además de impedir el crecimiento de células cancerígenas el té verde las elimina sin afectar los tejidos sanos. La mayoría de los doctores recomiendan elegir esta infusión en lugar del café o mate.
Frutos Rojos
Los denominados frutos rojos o frutos del bosque son uno de los grupos de alimentos con propiedades más saludables para el organismo. Las frambuesas contienen antioxidantes, vitaminas C y E, minerales, antocianinas y ácidos vegetales. Estos compuestos nos protegen contra el cáncer de colon y esófago. Los arándanos, grosellas y moras cuentan con vitaminas A y C, pectina y otros antioxidantes que previenen enfermedades como la leucemia. Además, las propiedades químicas almacenadas en los frutos rojos eliminan las toxinas de las células y evitan que los residuos cancerígenos del medio ambiente ingresen a nuestro organismo.
Ajo
El Instituto Nacional del Cáncer de los Estados Unidos sostiene que la ingesta de ajo puede disminuir el riesgo de contraer algunos tipos de cáncer. Principalmente los del tubo gastrointestinal. Este alimento cuenta con centenares de sustancias activas (aminoácidos, cisteína, glutatión y sulfato, para nombrar alguna de ellas) que protegen nuestro organismo de la formación de células cancerígenas y su posible desarrollo. El ajo también nos ayuda a eliminar toxinas que se alojan en la sangre y los tejidos. Estudios de la Natural Medicines Comprehensive Database (Base Exhaustiva de Datos de Medicamentos Naturales) señalan que previene el cáncer de estómago, colon y recto.
Curcuma
La cúrcuma es una de las especias con más propiedades anti cancerígenas debido a su alto contenido de compuestos químicos antioxidantes, antiinflamatorios y hepatoprotectores. Los médicos también la recomiendan para el tratamiento de pacientes enfermos ya que sirve para recomponer los daños ocasionados por la quimioterapia. Una de sus cualidades más importantes es la de impedir la inflamación de la enzima COX-2. La inhibición de esas moléculas impide el crecimiento de tumores en el colon, intestino, ovarios, hígado y mama. Algunos experimentos señalan que tiene cualidades antioxidantes más potentes que la vitamina E.
Trigo
El director del Centro de Investigación y Desarrollo del Alimento Funcional, Alberto Fernández Gutiérrez, explica que el trigo sirve para para “aumentar el flujo intestinal y despejar sustancias cancerígenas”. Las fibras alojadas en cereales como el centeno, frijoles, semillas o lentejas aceleran el tránsito y arrastran células malignas. Esta función ayuda a prevenir el cáncer de colon y estómago. Como las sustancias cancerígenas no son absorbidas por el organismo, también se disminuye el riesgo de generación de tumores en el páncreas o mamas.
Soja
Algunos estudios del Instituto Nacional del Cáncer de los Estados Unidos evidencian que la ingesta de soja puede reducir las posibilidades de contraer cáncer de mama. Los fitoestrógenos presentes en este tipo de alimentos bloquean la reproducción de tumores malignos en la próstata y mamas. Sin embargo, los médicos recomiendan una ingesta de 25 gramos al día. Consumir demasiada cantidad de soja puede ocasionar un desequilibrio hormonal. “Basado en nuestros estudios, me siento muy cómodo al decir que la comida hecha a base de soya, particularmente en cantidades moderadas, es segura y potencialmente benéfica”, afirmó el epidemiólogo Xiao-Ou Shu.