Cuando apetece tomar algo dulce, las frutas secas son una opción saludable. Son naturales y de las variedades más exquisitas, aportan grandes nutrientes.
Las frutas secas, desecadas o deshidratadas se obtienen al someter la fruta fresca a un proceso de secado. Puede realizarse al sol o mediante el uso de deshidratadoras, parecidas a los hornos de aire pero que funcionan a temperaturas mucho menores.
El secado de las frutas tiene dos propósitos: poder consumirlas todo el año y concentrar su sabor para tomarlas tal cual o como ingrediente de algunas recetas.
1. Ciruelas, mueven y protegen tu intestino
Las ciruelas pasas contienen antocianinas y compuestos fenólicos que las llevan a las cumbres de los alimentos más antioxidantes.
Pero se recurre a ellas cuando hace falta un estímulo que mueva el intestino. Lo consiguen gracias al contenido en fibra y en ácidos clorogénico y neoclorogénico.
Vístelas de fiesta: funde chocolate negro y cubre las ciruelas. Antes puedes rellenarlas con algún fruto seco.
2. Uvas, pequeñas píldoras de vitalidad
Las pasas de apyrena o de Corinto son pequeñas, de sabor intenso y carecen de semillas.
Ricas en azúcares, hierro (1 mg en 30 g), manganeso y vitamina B6, son muy energetizantes. Contienen flavonoides que protegen las neuronas.
En la cocina turca son famosos postres como el asure, con cereales y frutos secos.
3. Durazno, vitamina A para las defensas y la vista
Cada durazno de Calanda crece dentro de una bolsa de papel que lo protege y evita el uso de pesticidas. Estas frutas amarillas, grandes, jugosas y de sabor único alcanzan su mejor momento en octubre, pero gracias al desecado se pueden disfrutar el resto del año.
Potencia tu inmunidad: 100 g proporcionan el 74% de las necesidades diarias de vitamina A, esencial para la inmunidad y la salud de los ojos.
4. Higos, huesos fuertes
A la hora de elegir el mejor higo seco, los criterios de excelencia son: que hayan sidodesecados al sol, que no se hayan enharinado ni rociado con sulfitos para su conservación, que se encuentren bien envueltos, que se mantengan blandos y que desprendan un aroma agradable.
Remineralízate: las aportaciones de calcio (162 mg en 100 g) y magnesio (68 mg) favorecen el buen estado del sistema músculo-esquelético.
5. Dátiles, energía para sobrevivir hasta en el desierto
Los dátiles Medjoul, originarios de Marruecos, destacan por su dulzor y textura suave (son los únicos que se pueden comer frescos).
Aportan energía (135 calorías en 50 g, unos cinco dátiles) y minerales, sobre todo potasio, magnesio y los oligoelementos cobre y manganeso.
Eficaces para combatir la tos, se hierven unos minutos con leche vegetal.
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